domenica 24 maggio 2020

tr41

B. Home  Serie Televisive Spagnole: ⇉  Cap. 40° ↔ Cap. 42°.
Sommario:

Isabel - Capítulo 26


Granada debe rendirse. Así lo ha decidido Boabdil, viéndose aislado y amenazado. Pero no entregará el reino hasta el último momento. En su ausencia, Aixa opta por no dejar piedra sobre piedra. Está dispuesta a destruir la Alhambra e inmolarse con los suyos antes que capitular. En la corte de Isabel ya piensa en el futuro. Las diferencias de opinión sobre cuál debe ser el destino del dinero sobrante de la guerra llega a provocar el enfrentamiento entre los reyes. Isabel es partidaria de apoyar la expedición de Colón, pero Fernando no ha olvidado su promesa de recuperar los condados ocupados por los franceses. Torquemada considera que la política en la Granada ocupada ha de ser más contundente contra los infieles derrotados. Amenaza con acusar a los reyes ante Roma por tolerar la herejía. Para evitar perder el favor del papa, Isabel y Fernando se plantean la expulsión de los judíos.

2171987
No recomendado para menores de 12 años 
Transcripción completa
Hacedla llegar a los reyes de Castilla.
Son buenas noticias. No tardará en firmar las capitulaciones.
¿Así preparáis la paz para vuestro pueblo, con planes de guerra?
-¿Creíais que me rendiría?
La hora de la paz ha llegado,
pronto volveréis con vuestros padres.
¡Proteged a la reina, sacadla de aquí!
Habréis visto que Boabdil no dejará las armas,
habrá que combatir hasta el final.
Mis hombres creyeron que rompíais la tregua.
-¿Tregua? Vengo a daros un ultimátum.
Debéis entregar Granada.
Si Granada deber ser arrasada como Málaga, sea.
Si establecen un puente entre África y Granada
muchos musulmanes vendrán a la Alhambra en nombre de Alá.
En la vega están levantando toda una ciudad en piedra,
¿no entendéis que no se irán jamás? -Calla.
-Pero Ahmed es mi amigo.
Desde ahora es un prisionero de guerra.
Entregadles la ciudad o moriremos todos.
Sois la novia más hermosa que jamás he visto.
El príncipe Alfonso es muy afortunado
tomándoos como esposa.
Juradme que solo tenéis ojos para vuestra princesa.
-Os lo juro. -Se os acusa de sacrilegio
y de haber secuestrado y asesinado al niño Cristóbal de La Guardia
para vuestras prácticas heréticas.
-¿Pretendéis que condene a un inocente sabiendo que lo es
y que morirá en la hoguera?
-Si ese hombre es inocente Dios no permitirá su ejecución.
Jamás asumiré un crimen que no he cometido. ¡Fuera!
¡Marchaos de aquí!
-Se os condena a ser relajados al brazo secular...
para morir en la hoguera.
Pretendo alcanzar las costas de Catai sin rodear África.
-¿Cómo pensáis afrontar tal hazaña?
-Atravesando el océano Atlántico.
-Debéis serviros también de las corrientes de estas islas
para atravesar el océano.
Juan, hijo, ¿qué tenéis? (RESPIRA AHOGADO)
¿Su vida corre peligro?
Sabéis bien quien habrá de ser la siguiente
en la línea de sucesión.
Isabel y vos sucederíais a sus padres.
Seríais los reyes más poderosos de la Península.
-Os llevaré con vuestro hermano,
partiremos al alba, pero por separado.
-Las calenturas han remitido,
las sangrías y los baños fríos parecen haber surtido efecto.
Al parecer cayó del caballo. (DESESPERADA) -¡Nooooooo!
(LLORA) ¡Noooo!
No financiaremos ningún viaje hasta concluir la guerra de Granada.
"He decidido que la princesa Isabel
conserve sus títulos y privilegios en Portugal".
-Vuestro padre tenía razón.
No merecéis el trono.
Si Boabdil no entrega Granada a la hora convenida
Ahmed, que es un niño inocente, pagará por la traición de su padre.
(Sintonía de la serie)
(Pájaros piando fuerte)
Alzad la barbilla, que se os vea bien.
Ya es suficiente.
Volvamos a Santa Fe.
-No podéis dejar Granada ahora.
-Han asaltado el carmen de Ibn Kumasa.
Es uno de nuestros nobles más leales, se lo debo.
-¡Por Alá y nuestro hijo! -Solo serán unos días.
Confiad en mí.
-Matarán a Ahmed si no cumplís. -No lo harán.
Nos dieron su palabra y la cumplirán.
Como yo cumpliré la mía cuando llegue la hora.
-Si le sucede algo a Ahmed no os lo perdonaré.
Entregad Granada de una vez. -No soy un títere en sus manos.
Lo haré cuando expire el plazo, no antes.
Mientras, sigo siendo el emir y no permitiré el caos en mi reino.
Manteneos firme, os lo ruego.
(Campanas)
En Granada ya no quedan víveres ni armas,
no sería raro que la rindieran antes de hora.
Rezo por ese momento. No quisiera tener la muerte de Ahmed
sobre mi conciencia. No temáis,
la vida del niño no corre peligro, estoy seguro.
Señores, estamos a punto de liberar a la península del yugo del Islam.
Un gran logro para la cristiandad, pero ¿y los infieles?
¿Tenéis decidido su destino?
Podrán marchar a Berbería a voluntad
y a los que se queden los atraeremos al cristianismo.
¿Pretendéis evangelizar al moro? De nada servirá.
Ya se vio en Sevilla con los conversos.
-Acepto mi fracaso, pero no es lo mismo.
En Sevilla aprendimos que un converso judaíza
porque su fe está contaminada.
Y el infiel nunca ha conocido la doctrina cristiana.
Cuando conozcan las enseñanzas de Cristo
se someterán voluntariamente a la fe verdadera.
En una generación Granada será cristiana.
Algo ayudará a repoblar Granada de Cristianos viejos.
Ofreceremos casa y hacienda y exenciones en los impuestos.
Pero si no pagan tributos, ¿de dónde saldrá el dinero
para alimentar a la población, asentar la diócesis?
Contad con el sobrante de la bula de cruzada.
Bastará para comenzar.
¿Roma no se opondrá?
Cristianizar Granada era el objetivo de nuestra cruzada,
no deja de ser el final de la misma. Altezas...
Alabo vuestras intenciones, pero Granada nunca será cristiana
sin instaurar la Inquisición.
Cuando tomemos la plaza decidiremos. Nos esperan.
Torquemada tiene razón.
Puede, más prefiero intentarlo a mi modo.
(Relinchos)
Altezas. Sé que estáis inmersos
en acontecimientos de gran importancia, pero esto...
esto no puede esperar.
Debo partir en verano para aprovechar el clima
y no puedo demorar los preparativos.
Necesito fondos para construir naves, contratar...
¡Queréis dos millones de maravedíes!
¡¿Nos tomáis por necios?!
Comprobad cada uno de los gastos, toda está bien detallado.
Con semejante fortuna no necesita viajar,
será rico sin salir de puerto.
Estudiaremos la propuesta, más tened paciencia.
No acometeremos más empresas hasta haber entrado en Granada.
(Grillos y aves nocturnas)
Comparto vuestra tristeza,
pero no podéis desfallecer, vos menos que nadie.
-No me quedan fuerzas.
-Debéis ayudar a vuestro esposo en su heroica misión. Sin flaquear.
-¿Es heroico entregar un reino?
-Boabdil no rendirá Granada.
Si no salva el reino habrá de morir con él.
-Habéis perdido el juicio.
-Cualquier otra salida sería una deshonra para él
y para nuestra estirpe. -¡¿Queréis que maten a mi hijo?!
¡¿Que nos maten a todos?! Salid de mis aposentos.
(ESCUPE)
Sois la desgracia de Boabdil.
Le habéis hecho débil como Zoraida hizo débil a mi esposo.
Si Granada cae en manos cristianas será por culpa vuestra.
Cien veces la entregaríamos para salvar la vida de Ahmed. ¡Fuera!
¡Fuera o llamo a la guardia!
No entiendo vuestro enojo. ¿Es por el viaje del genovés?
Nos vende humo a precio de oro y vos le dais alas.
Acordamos apoyar su expedición. No hablamos de tanto dinero.
No es el momento. Sí lo es.
Castilla está a punto de recuperar los territorios que nos pertenecen
y entonces... ¿Y cuándo mi reino?
El Rosellón y la Cerdaña continúan en manos francesas, recordadlo.
Prometí a mi padre que los recuperaría
y vos me asegurasteis vuestro apoyo.
Esta guerra aún no ha terminado y nuestras mesnadas deben descansar.
He relegado los asuntos de Aragón cuando Castilla me ha necesitado,
cumplid ahora vuestra palabra.
Colón habrá de esperar.
(Pasos)
Gracias por recibirme, alteza.
Decid, ¿cuál es la urgencia? Con franqueza...
Me preocupan vuestras intenciones con los infieles de Granada.
Sufrís antes de tiempo, no decidiremos nada sin tenerla.
Si en la nueva diócesis no se actúa con firmeza desde el principio
Granada será refugio de herejes, infieles y judíos.
Fray Tomás, dedicaos a vuestras tareas y dejádmelo a mí.
Precisamente, alteza.
¿Habéis decidido ya quién será el arzobispo?
¿También eso os preocupa?
Sabéis que nunca he perseguido tal honor,
más en Granada la iglesia precisará de alguien
que defienda la fe sin que le tiemble la mano.
¿Alguien como vos?
Si como arzobispo puedo serviros a vos y a la iglesia
estaría dispuesto a aceptar el nombramiento.
Tendré en cuenta vuestro ofrecimiento cuando llegue la hora.
Podéis retiraros. Alteza.
(Aves)
Es la mitad de los que os debo, os daré el resto en cuento pueda.
-Me hago cargo. -Moisés, vendrán tiempos mejores.
-En la corte se sufre menos que en las aljamas,
por eso aún tenéis esperanzas.
-Me duele que perdáis el ánimo, sobrino.
-Dos veces han atacado mi negocio este mes.
-¿Habéis pensado en trasladaros? -¿Otra vez?
En toda Castilla no hay lugar seguro para los judíos.
-Pronto acabará la guerra.
Y Granada puede ser una oportunidad para todos nosotros.
Muchos musulmanes preferirán el exilio
antes que vivir bajo las leyes de Castilla.
Venderán sus casas y sus negocios a buen precio.
Y si sabemos aprovechar la ocasión hay mucho que ganar.
-¿Qué os hace pensar que en Granada los gentiles nos respetarán?
-La Corona necesita gente que ayude a reconstruir el reino.
Y se rumorea que allí será distinto, que habrá más tolerancia.
Querido sobrino...
los reyes ven a los musulmanes como invasores.
Sin en Granada abren la mano con ellos,
¿no lo habrán de hacer con nosotros?
(Música de emoción)
En su lecho de muerte el rey Luis de Francia reconoció
nuestros derechos legítimos. Ahora Carlos debe cumplir su voluntad
y devolvernos los condados. ¿Entraríais en guerra con Francia?
Confío en no tener que llegar a tanto.
Portugal se mantendrá neutral
y me apoyan Inglaterra y los Habsburgo.
Entonces no veo en qué puedo ayudaros.
Necesito concentrar tropas en la frontera.
Y lo financiaré con la bula de cruzada.
Alteza, la bula de cruzada solo puede utilizarse
para combatir a los infieles.
El Papa no aceptará su uso en una guerra entre cristianos.
Vamos a conseguir una gran hazaña para toda la cristiandad,
¡Roma nos debe su apoyo!
Sabéis que no puedo complaceros.
Está bien.
Esperaré a que Granada sea cristiana,
entonces a ver qué dice el Papa.
Retiraos.
Boabdil ha pactado la entrega de Granada a los cristianos.
Nos ha traicionado, mi propio hijo, sangre de mi sangre.
-No permitiremos que Granada se rinda al infiel.
-Nobles señores, la guerra está perdida,
no recibiremos ayuda de nuestros hermanos.
Pero es mi voluntad que la lucha continúe
mientras uno de nosotros viva.
-Mi señora, puede que seamos vencidos, pero nunca esclavos.
(TODOS) ¡Nunca!
-Vuestro respaldo hace menos amarga la traición de mi hijo.
Si es el sacrificio lo que nos aguarda, sea.
Más no hemos de ser los únicos en morir,
demos al infiel el recibimiento que merece.
Con las últimas reservas de pólvora arrasaremos la Alhambra,
que arda la ciudad entera con ellos dentro.
-¡Alá es grande! (TODOS) -¡Alá es grande!
-Nobles de Granada...
No la escuchéis.
Solo la mueve el odio y el odio la ha enloquecido.
El emir es vuestro legítimo señor, él vela por nosotros.
Aguardad su regreso, nadie más ha de morir.
-Prendedla.
(Gritos contra Morayma)
¿Habéis visto a Colón a su vuelta? Apenas.
Está muy ocupado planificando el viaje.
He estado pensando en las posibilidades de su empresa.
Es una gran oportunidad para llevar nuestra fe a la Indias.
Dios lo permita.
Me alegra coincidir también en esto.
Divulgar la palabra del Señor es obligación de todo siervo de Dios.
Lamentablemente la expedición peligra.
No sé cómo conseguir fondos para financiarla.
Vos podríais ayudarme.
Mencionasteis un excedente de la bula de cruzada.
Os digo lo mismo que a vuestro esposo, Roma no lo aceptará.
¿Mi esposo os ha pedido el dinero?
Para recuperar los condados catalanes, ¿me equivoco?
Espero que vos aceptéis mi negativa mejor que él.
Si podemos utilizar la bula para evangelizar Granada,
podemos emplearla para lo de Colón, no es tan diferente.
Alteza, por ahora se trata de financiar un viaje,
no es posible.
Fray Tomás ha venido a verme.
Se ha propuesto a sí mismo como arzobispo de Granada.
¿Torquemada arzobispo?
Como sabéis, mi intención era evangelizar a los infieles,
más el insiste en que no habrá conversiones sin Inquisición.
Aún no he tomado una decisión,
pero no tardaré en tomarla una vez entregada Granada.
Ayudadme, por lo que más queráis.
Hay que alertar a mi esposo de lo que pasa.
Os lo ruego, el emir debe saber lo que planea Aixa.
Él detendrá esta locura.
-Mi señora, cumplo órdenes.
Cuando regrese el emir... -¡No podemos esperar!
Si el emir no regresa a tiempo con sus tropas todos moriremos.
Vos sois un soldado y no teméis a la muerte.
Pero pensad en vuestra familia, en vuestros hijos.
¿Por qué han de morir?
-¿Cómo pensáis evitarlo?
-Dejadme libre y llevad esta nota a mi esposo.
Apresuraos, está en el carmen de Ibn Kumasa.
-¿Y vos qué vais a hacer?
Yo he de salvar la vida de mi hijo.
(JADEA LLOROSA)
Alteza, os lo juro, Boabdil no sabe nada de esta traición.
Levantaos.
(LLORANDO) No lastiméis a Ahmed.
Vos también sois padre, tened clemencia.
¿Y vuestro esposo?
Confío en que llegue a tiempo.
¿Si lo consigue podrá domeñar a su madre?
No sufráis por vuestro hijo, no padecerá mal alguno.
(Pasos)
Os prometo que salvaremos la ciudad.
Si hubiésemos querido destruir Granada ya sería nuestra.
No escatiméis en pólvora para causar el mayor daño posible.
Nada ha de quedar al infiel. -¡Alto!
-Aún estáis a tiempo. Defendeos y preparaos a luchar hasta morir.
-Esta locura solo ha acelerado nuestro final.
¡Encerradla en su alcoba!
-¡No, no!
¡Traidor, cobarde!
¡Maldigo el día en que naciste de mi vientre!
-Salid y lo pagaréis con la vida.
(GRITA CON RABIA)
¡Abrid, abrid!
¡Traidor, cobarde!
(HISTÉRICA) ¡Saldré de aquí! ¿Me oís? ¡No estoy sola!
¡Cobarde, traidor!
¡Abrid!
(Gritos lejanos de Aixa)
(Música triste y melancólica)
(ESCRIBE) "Yo, Boabdil, emir de Granada,
en mi nombre, en el nombre de los nobles
y en el de todo el común de la ciudad,
hago entrega a sus altezas, o la persona que mandaren,
con amor, paz y buena voluntad verdadera,
de la fortaleza de la Alhambra y de la ciudad de Granada,
su albaicín y sus arrabales para que las ocupen en su nombre
con su gente y a su voluntad.
Y que siendo entregadas las fortalezas
bajo su amparo, los dejarán en sus casas,
haciendas y heredades para siempre jamás.
Respetarán sus mezquitas
y no les perturbarán en sus costumbres ni en sus leyes.
Ni en sus escuelas donde enseñan a los niños, ni en su religión".
(Música de acción)
Si encontramos las cargas evitaríamos que estallen.
No hay tiempo.
Nuestra ventaja es que no saben que conocemos sus planes.
(ALIVIADA) Por fin.
La rendición de Boabdil.
(LEE) "Para cumplir adecuadamente con la entrega no debe demorarse
para evitar revueltas y otros perjuicios".
(RÍE FELIZ)
Hoy mismo, al caer el sol,
Boabdil nos abrirá la ciudad para que tomemos la Alhambra.
¿Podemos confiar en su palabra?
-No arriesgaría la vida de su hijo. Ha conseguido frenar a Aixa,
mas pueden surgir nuevas conjuras. Cierto, no estaba sola.
Tomaremos todas las precauciones posibles.
Cárdenas, vos tomaréis posesión de la Alhambra en nuestro nombre.
Gracias, alteza, no hay mayor honra para mí.
Que se disparen tres cañonazos cuando concluyáis la misión.
Si os place esperaremos juntos la señal convenida.
(GRITA FURIOSO)
Señores, procedamos.
¡Deponed las armas!
Granada ya no nos pertenece.
En nombre de sus altezas don Fernando y doña Isabel,
por la gracia de Dios rey y reina de Castilla,
de León, de Aragón y de Sicilia,
condes de Barcelona y señores de Vizcaya,
tomo posesión de este palacio, de esta ciudad y de este reino.
-Yo os lo entrego.
-Debemos inspeccionar el palacio y ver que no hay peligro alguno.
-Mis capitanes os guiarán a los torreones.
-La reina desea que se libere de inmediato a todos los cautivos.
-Así se hará. ¿Disponéis alguna otra cosa?
-Sí.
Reverencia...
(REZA EN LATÍN)
(EN LATÍN) En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
(CANTA "TE DEUM")
(LLORA)
(Cañonazo)
(Cañonazo)
(Cañonazo)
(BAJITO) Por fin.
Hemos conseguido lo que tanto anhelábamos.
La cristiandad recordará este día.
Para mayor gloria del reino de Castilla
y de nuestro Señor. Alabado sea Dios.
(TODOS) Alabado.
-¡Por Castilla! (TODOS) -¡Por Castilla!
-¡Por Castilla! (TODOS) -¡Por Castilla!
-¡Por Castilla! (TODOS) ¡Por Castilla!
Sois el soberano de Granada,
no debéis humillaros antes nos.
Tomad las llaves de mi ciudad,
que yo, y los que estamos dentro, somos vuestros.
Mi señora...
Complace más la gloria cuando se ha sufrido para lograrla.
(Gritos de apoyo a los reyes)
(Pájaros cantando y silencio)
(Golpes de lanza)
Qué hermosa construcción.
Fray Hernando...
En nuestro deseo que se erija una gran cruz en la torre más alta.
Habrá de verse desde el último rincón de la ciudad.
Granada es cristiana y todos deben saberlo.
(Relinchos)
Doy gracias a Alá.
A mis brazos, hijo mío.
-No se lo tengáis en cuenta, son momentos difíciles para todos.
-¿Qué va a ser de nosotros, dónde iremos ahora?
-Nos estableceremos al sur,
en un castillo en Al Busherat donde no habrá de faltaros de nada.
-¿Ese lugar es digno de un rey?
-No son los palacios quienes dignifican a los reyes,
son los reyes quienes los honran con su presencia.
(Graznidos)
(Música triste)
Llorad... llorad como una mujer
lo que no supisteis defender como un hombre.
(Ruido de cubiertos y voces)
Todo el mundo espera vuestras palabras.
(Tintineo del vaso)
Largos años de guerra han transcurrido
para que hoy celebremos nuestra victoria sobre el infiel.
No hubiera sido posible sin la determinación y la fe
de todos los presentes.
Y sin el sacrificio de todos los que entregaron sus vidas
por Dios y por Castilla.
Hoy envidio a todos ellos,
pues tienen el privilegio
de celebrar esta victoria junto a nuestro Señor.
Como reina de Castilla prometí
que haría cuanto estuviera en mi mano...
Al despuntar el día partiréis hacia Francia con un ultimátum
para que el Rosellón y la Cerdaña sean devueltos.
Alteza, con el debido respeto,
¿no creéis que es pronto para una nueva contienda?
Confiemos en que no sea necesario.
Pero si Francia nos declara la guerra, Aragón deberá defenderse
y Castilla se verá forzada a respaldarme.
Brindemos por nuestra victoria.
Por Castilla y por Aragón.
(TODOS) ¡Por Castilla y por Aragón!
(Aves nocturnas)
(Rezos de un imán árabe)
¿Oís lo mismo que yo?
Es un canto fantasmal, una letanía del más allá.
Hiela la sangre, es cierto.
Nos recuerda que este lugar aún no nos pertenece,
que nos hallamos en tierra extraña.
Pues, señora, algo habrá de hacerse o jamás conciliaré el sueño.
Ordenaré que cuelguen campanas de todas la torres
y que repiquen sin cesar cuando suenen sus cantos.
Por ruido que hagan las campanas
mejor dormiré con ellas que con esas voces.
Habéis de saber...
que lo que sostenéis en las manos es el libro sagrado del infiel.
-¡Acaso entendéis lo que aquí se dice?
Empleáis el tiempo en conocimientos inútiles.
-No lo creo. No hago sino cumplir el mandato de Jesús,
pues todo conocimiento es una forma de amor hacia el prójimo.
-De nuevo os equivocáis.
El Señor no aprueba la lectura de estos libros infieles,
así como la sensualidad insultante de este palacio.
Confío en que la reina erija una catedral
sobre los cimientos de este lugar endemoniado.
No debería quedar nada de todo esto. -Gracias a Dios,
la reina admira la belleza de este lugar.
-Bien sabe el maligno cómo debilitar la voluntad de los hombres.
Por eso hemos de mostrarnos implacables.
-Os ciega el odio, fray Tomás. -Y a vos la condescendencia,
por lo que jamás nos pondremos de acuerdo.
Fray Hernando...
Os informo de que he escrito al Papa
para que permita utilizar el dinero de la bula
con el fin de instaurar la Santa Inquisición en Granada.
-¿Cómo decís?
-Su Santidad verá el gesto
como la culminación de la guerra contra el infiel.
-Deberíais haberme consultado,
pues el dinero sobrante de la bula ya no existe.
¿Podéis explicarme el propósito del viaje de Cárdenas a Francia?
Ha ido a exigir la devolución de los condados catalanes.
¿Y si no acepta? Estoy presto para la batalla.
¡No hay dinero para otra guerra! Si Francia nos amenaza,
Talavera tendrá que concedernos el dinero de la bula.
Solo veláis por vuestro propio interés.
¡Lo he dado todo por Castilla, de sobra lo sabéis!
Y así seguirá siendo, pero enteraos de una vez
de que los problemas de Aragón también son vuestros.
Altezas...
Fray Hernando de Talavera ha desviado los fondos de la cruzada
quién sabe para qué fines.
¿Cómo decís?
Se niega a revelar en qué se ha gastado el dinero.
¿Sabéis algo de esto?
¿Qué tramáis vos y vuestro confesor?
¿Habéis dado a Colón ese dinero sin consultarme?
Nada tengo que decir.
Y ahora, si me excusáis, tengo asuntos importantes que atender.
Fray Hernando...
Hay un incómodo asunto que deseo tratar con vos.
Torquemada os acusa de usar el dinero de la bula
en beneficio propio.
Y vos...
¿Dudáis de mí? Por supuesto que no.
Sé perfectamente que le habéis mentido.
Que Dios me perdone. Preferís caer en el pecado
antes que la Inquisición se instaure en Granada.
Merecen una oportunidad que Torquemada no les concederá.
Fray Tomás parece dispuesto a denunciaros ante Roma.
Si lo hace, solo tendréis dos opciones:
reconocer que tenéis el dinero y dárselo...
O aceptar la sisa ante el Papa y asumir el castigo.
No sé bien qué es peor.
Estáis en un brete...
del que yo os puedo sacar.
¿Cómo?
Financiad la expedición del Genovés y contaréis con mi protección.
No os lo pediría si vos no creyerais que es una gran oportunidad
para extender el evangelio.
Sin embargo,
ambos sabemos que priman intereses más mundanos en esa expedición.
¿Preferís que Granada caiga en manos de Torquemada?
Prometedme que respetaréis las religiones que hay en Granada,
y que no impondréis vuestra fe.
Prometédmelo,
y Colón tendrá su dinero.
Tenéis mi palabra.
¿Y el rey?
¿No montará en cólera cuando se entere?
Fernando vela por sus intereses, como yo lo hago por los míos.
Fray Hernando recibirá el castigo que se merece.
Sed consciente de lo que decís, habláis del confesor de la reina.
Será en Roma que tomarán consciencia de cómo se hacen las cosas.
Os jactáis de vuestra fe, el Papa habrá de saberlo de vuestro relato.
Medid vuestras palabras. ¿Acaso no toleráis a los infieles?
¿Acaso no fomentáis que los judíos llenen la ciudad?
¿Quién nos acusa de tal cosa?
Ha corrido la voz de que los infieles no sufrirán persecución.
Judíos de todo el reino ya vienen de camino.
¿Estáis seguro de lo que decís?
A los musulmanes podréis echarlos al mar si os place,
mas los judíos están diseminados por villas y ciudades.
Son el peligro para nuestra fe, el origen de todas las herejías.
Miente quien diga que convertiremos Granada en refugio de herejes.
Sin embargo impedís que implante la Inquisición.
Fray Tomás, es nuestro deseo que Castilla y Aragón
vivan en la única fe verdadera, vos lo sabéis.
¡Por Cristo bendito! Hemos vertido sangre,
hemos sacrificado hombres y fortunas contra el infiel.
No basta.
Debéis extirpar el mal de vuestros reinos.
Contaréis con todo mi apoyo y el de Roma si lo hacéis.
Pretendéis que Castilla y Aragón cambien de un día para otro.
Mala consejera es la impaciencia para un gobernante,
preguntad al Papa. Vos podéis lograrlo.
Vencido el islam, que sepan los judíos que ahora es su turno.
Escarmentadlos, es el momento.
¿Vais a dejar pasar la oportunidad de que Roma os considere
los mejores valedores de la cristiandad?
Según vos, ¿qué habríamos de hacer para conseguirlo?
¿Expulsar a los judíos? ¿Por qué motivo?
Viven desde hace siglos en nuestros reinos.
Cierto, pero su condición es distinta a la de otros súbditos.
Jurídicamente no forman parte del reino, solo son moradores,
un pueblo al que se le permite vivir en vuestros territorios.
Hay judíos entre nuestros recaudadores de impuestos.
Sus préstamos han financiado nuestras empresas.
Su lealtad a la corona está fuera de toda duda.
No son pocos los negocios que pasan por sus manos.
¿Rechazaremos a quienes nos favorecen?
De Francia, Inglaterra y Austria han sido expulsados y son prósperos.
Al amparo de una sola fe tendríamos la unidad que deseamos.
Sabéis que en eso nunca hemos estado en desacuerdo.
Es cierto que el odio hacia los judíos está muy vivo.
De nada ha servido señalarlos o confinarlos en las alhamas.
Ninguna medida aprobada en las Cortes ha calmado los ánimos.
Cada cierto tiempo hay una revuelta contra ellos.
Pondríamos fin a los disturbios.
No os falta razón.
Pensando en la paz de Castilla, la expulsión sería beneficiosa.
Necesitamos el favor de Roma.
Hemos librado la mayor y más costosa cruzada contra el infiel.
¿Por qué iba Roma a negarnos su apoyo?
Quizá dude,
ahora que os habéis quedado con parte del dinero de la bula.
La expulsión apaciguará a Torquemada.
Dejad de mi cuenta impedir que informe al Papa.
Solo pongo una condición. Hablad.
Que sea yo quien dicte los términos de la expulsión.
No permitiré que Torquemada campe a sus anchas.
Mi corazón no puede albergar mayor dicha.
Os aseguro que no habréis de arrepentiros de vuestra decisión.
Decidnos, ¿de qué modo procederéis?
Alteza, lo primero es encontrar las mejores naves posibles.
En Palos me han hablado de tres carabelas.
-¿Tres naves para una sola expedición?
-Que aprovisionaré con víveres. Quiero a los mejores marinos.
Para ello habremos de fijar las cuantías disponibles.
Presto os halláis a meter la mano en las arcas de la corona.
¿No teníais previsto tratar las condiciones económicas?
¿Vuestras condiciones?
Si nada arriesgáis, nada debéis percibir.
Arriesgo mi vida.
-Poco confiáis en el éxito de vuestro viaje.
Decid, ¿cuáles son vuestras demandas?
Señora, me declaro vasallo vuestro,
así como lo han de ser todas las tierras descubiertas
a cambio de percibir las rentas asociadas a mi posición.
¿Qué posición es esa?
La de virrey sobre todas las islas y tierra firme que ganase.
¿Pretendéis optar a la más alta nobleza castellana por un viaje?
Rebajad las exigencias si estimáis nuestro apoyo.
Compensad vos los bienes que aportaré a vuestro reino.
-Disparáis con la pólvora del rey. -Si no os conviene, hacédmelo saber.
Francia también está interesada. ¡Por el amor de Dios, genovés!
Vuestra ambición y vuestra insolencia
acabarán con vuestro viaje antes de partir.
Nada hay más que añadir.
Alteza.
Estaréis satisfecho.
Colón ya no os disputa el dinero para guerrear contra Francia.
¿Qué satisfacción podría causarme veros así?
Perdonad. Sabéis bien...
Cuánto significaba para vos este proyecto.
¿Qué nos está ocurriendo, Fernando?
Somos incapaces de disfrutar de lo que hemos logrado.
Los nobles están a nuestro servicio y no al revés,
vivimos en paz con Portugal,
hemos conquistado Granada...
Sí,
quizá sea hora de solazarnos.
¿Dejaremos algún día de pensar en el futuro para saborear el presente?
Hemos llegado hasta aquí porque nunca dejamos de mirar al frente.
Está en nuestra sangre,
nacimos para ello.
En ocasiones nos convierte en rivales.
Es algo que no deseo.
¿Acaso besaríais a un rival?
(Campanadas)
¿Oís?
Es la primera vez que doblan las campanas en nuestra Granada.
Que no dejen de repicar.
Nos recordarán que nada hay que no podamos lograr juntos.
Habéis sido vos quien ha solicitado este encuentro con los reyes.
(SUSPIRA)
Os hago saber que Fernando y yo
hemos acordado expulsar a los judíos.
Pero... -Habéis decidido sabiamente.
Silencio, no he terminado.
Serán expulsados todos los que no accedan a abrazar el cristianismo.
Sabéis que el judío es obstinado. No se convertirá.
-Alteza, no se puede obligar a nadie a ser cristiano.
Serán falsas sus conversiones. Serán almas ganadas a nuestra fe.
Solo la corona decidirá las condiciones de la expulsión.
Esta es nuestra voluntad y como tal será acatada.
Señora, por favor... Es una decisión inapelable.
Prometisteis tolerancia a cambio del dinero de la bula.
Es tolerancia el admitir al que desee ser cristiano.
El miedo les hará convertirse y no el amor a Dios.
Eso será más de lo que vos habéis conseguido en estos años.
Si en tan poco aprecio tenéis mi labor,
ruego me dispenséis de seguir junto a vos.
Fray Tomás será buen consejero para satisfacer vuestros propósitos
y mejor confesor para aliviar vuestros remordimientos.
Si es vuestra voluntad abandonar la corte, que así sea.
Habiendo habido sobre ello mucha deliberación,
acordamos de mandar salir a todos los judíos...
de nuestros reinos,
sin que tornen jamás ni vuelvan a ellos,
so pena que, si lo hicieran,
incurrirían en pena de muerte,
sin otro proceso, sentencia ni declaración,
hasta el fin de dicho mes de julio.
Yo, el rey; Yo, la reina.
No os equivoquéis, nuestra alianza jamás implicó
que no aspirara a que abrazarais la fe verdadera.
Señora, no pretendo que revoquéis el edicto,
tan solo poder negociar con vos.
¿Negociar una cuestión de fe?
Ha llegado a mis oídos la necesidad de dinero por parte de la corona,
para financiar un formidable viaje hacia las Indias.
-Querido Abraham, resultaría demasiado oneroso incluso para vos.
-Estoy dispuesto a ofreceros la cantidad requerida,
a cambio que dicho edicto pueda estar sujeto a interpretación.
Siento comunicaros que la expedición ha naufragado antes de partir.
Si el impedimento es económico,
decidme cuál es el monto total del que estamos hablando,
y os aseguro que rebasaré dicha cantidad con creces.
-En el Consejo de hombres eminentes y caballeros de nuestro reinado,
después de mucha deliberación,
se acordó dictar el siguiente edicto:
Todos los judíos y judías deben abandonar nuestros reinados,
y que no les sea permitido nunca regresar.
Ordenamos además a los judíos y judías de cualquier edad
que partan con sus hijos e hijas,
sirvientes y familiares de todas las edades,
sin poder llevar consigo oro ni plata,
caballos o armas,
además de haberse desprendido del resto de sus bienes.
Si algún judío que no acepte este edicto
es encontrado en estos dominios o regresa...
será culpado a muerte.
Así lo han ordenado los reyes Fernando e Isabel,
tal y como se acordó el 31 de marzo 1492.
-Pero señora, ¿no es bastante prueba de misericordia
permitirles que eludan la expulsión convirtiéndose?
Ningún judío es más que otro.
Unos favorecen más que otros a la corona.
Sería injusto meterlos a todos en el mismo cesto.
¿Y qué proponéis?
Que mediante el pago de cierta cantidad
algunos de ellos puedan permanecer en nuestro reino,
o cuanto menos abandonarlo en mejores condiciones.
Ni un solo judío debe quedar en Castilla,
así lo habéis firmado. Todo se puede matizar.
Todo menos la herejía,
a la que se debe perseguir hasta borrarla de la faz de la tierra.
Así lo entiendo yo,
y así lo entiende Roma.
-El rey de Francia está dispuesto a pactar con la corona de Aragón.
¿Devolverá el Rosellón y la Cerdaña sin exigir nada a cambio?
Solamente una condición:
debéis absteneros de intervenir en Italia.
No tiene más derechos Francia sobre Nápoles
que el heredero bastardo de Ferrante.
Por supuesto que no, pero tras la contienda de Granada...
Deberíais ceder. Ya habéis logrado lo más importante.
Pactaré. Tiempo habrá de desdecirse.
Yo mismo redactaré las condiciones.
¡Ah!
Eh...
Son varias misivas del marino Cristóbal Colón.
Tuve la oportunidad de interceptarlas a su mensajero.
No me supuso mucho esfuerzo.
Sus negociaciones con Francia están a punto de cerrarse.
Desde luego eso es lo que parece.
Doy las gracias a Dios por haber evitado la guerra con Francia.
Y os felicito,
por fin recuperaréis los condados que tanto ansiabais.
Solo siento que no lo haya podido ver mi padre.
Nada hay de más cierto que todo se obtiene con determinación.
Vos lo habéis demostrado en Granada.
Ahora podéis hacerlo con las Indias.
Emplead el dinero de la bula en la expedición de Colón.
Pero acordaos de las pretensiones del marino,
ya no es un problema de dinero.
Pensad que si triunfa,
ese viaje habrá de traernos más beneficios que otra cosa.
No sabéis la dicha que me procuráis.
Esto ayuda a compensar mi decepción con los judíos.
¿Decepción? Abandonan el reino por decenas.
Sin que apenas se produzcan conversiones.
Eso confirma las palabras de Torquemada:
los judíos jamás renegarán de su fe.
¿No nos beneficiaría más el ejemplo de alguna conversión notable?
¿En qué estáis pensando?
Que venga Cabrera.
Mi señora os tiene en gran aprecio.
Hasta el momento vuestra fidelidad a la corona es incuestionable.
Como recaudador del reino nada se os puede reprochar,
y presto acudisteis siempre que se os requirió.
-Mil veces más lo haría por sus reyes.
-La reina lo sabe.
Por ello os ofrece la oportunidad de cumplir el mayor acto de lealtad.
-Pedid y Abraham nuevamente os satisfará.
-Convertíos, entonces,
dando ejemplo a hombres ilustres y leales como vos.
Pensad que quien se decida a seguir vuestros pasos
no se verá abocado a marchar entre penurias.
Sabemos que no es decisión fácil.
Tened presente que vuestra conversión
os asegura un puesto en el Consejo Real.
El destino de los judíos en Castilla está escrito.
Aceptad mi consejo.
Plegaos a los designios de la reina,
pues nada podréis contra ellos.
-¿Cómo sabíais de mi viaje a Francia? -Las noticias vuelan.
-¿De qué debo responder?
¿Estoy arrestado? No soy un prófugo. -Por favor, mejorad vuestros modales.
Os encontráis ante el hombre que hará posible vuestra idea.
-¿En nombre de Aragón o en beneficio de vuestra persona?
-Cumplo órdenes del rey.
Desea que ponga mis dineros en vuestra empresa.
-Ajá. En alta estima os ha de tener.
Vuestra inversión os convertirá en un hombre rico.
No lo dudéis. (LOS DOS RÍEN)
-Siento no poder ser dos veces rico.
-A mi vuelta os demostraré lo contrario.
Dejad de burlaros de mí y explicadme qué estoy haciendo aquí.
Debo emprender un largo viaje. -Y así va a ser.
Hoy mismo encaminareis vuestros pasos hacia Granada.
-Ah...
-Me ofendéis. Esta cifra no refleja
ni la décima parte del valor de mis posesiones.
-En julio ya no valdrán nada. -Negociáis con nuestra desesperación.
-¿Acaso sabéis con quién estáis hablando?
-Con un judío.
Y vos, ¿pensáis aceptar la suma que os ofrezco?
-Negaos.
-Os haré entrega de mis posesiones la semana próxima.
-Obráis con inteligencia. -Os están robando.
-Al menos sacaré algo por las tierras.
No tengo alternativa.
-Podría compraros vuestras posesiones sin que perdierais un solo maravedí.
Obtendré prebendas de la corona y recibiré un trato excepcional.
-¿Cómo?
¿Convirtiéndoos?
Fuisteis ordenado rabino. ¡No podéis renunciar a vuestra fe!
Si traicionáis a Iahvé,
ni yo ni nadie de mi familia querrá saber nada de vos.
(HABLA EN LATÍN)
-Perros... ¡Largaos de aquí!
-Escucha, oh, Israel.
Adonay, nuestro Dios. Adonay es único.
(JUDÍOS REZAN)
Gracias a Dios todo es salud en la corte,
algo que sin duda os debemos a vos.
Ha sido un honor serviros, por eso he querido despedirme,
a pesar de las circunstancias.
Sinceramente contaba con vuestra conversión.
La conversión solo garantiza la vergüenza.
Me consta que quienes renuncian a su fe son igualmente perseguidos.
Solo aquellos que judaízan.
Recapacitad.
Os prometo reconocimiento, títulos, beneficios. ¿Qué deseáis?
Lo siento.
Trajisteis a mis hijos a este mundo,
de ahí mi trato de favor hacia vos.
Y porque os necesito.
¿Quién sanará ahora a mi familia?
Me obligáis a elegir entre mi reina y mi fe.
¿Qué haríais vos?
Desearía que guardarais esto,
como recuerdo de vuestros alumbramientos.
No se nos permite llevar plata con nosotros.
Nadie os prohíbe la lectura de esos textos.
¿Así empleáis vuestro tiempo ahora?
Desde que dejé de serviros he consagrado mi vida
al estudio y a la contemplación.
Vivo en paz el tiempo que el Señor tenga a bien otorgarme.
Siento ser yo quien venga a perturbar esa paz
y a valerme de vuestra templanza con una nueva encomienda.
Vos diréis.
¿Aceptaríais haceros cargo del arzobispado de Granada?
¿No tenéis nada que decir?
¿A qué debo este honor?
Teníais razón, la fe no ha de imponerse,
por verdadera que sea,
por convencidos que estemos de que estamos ganando almas para Dios.
Temo que sea demasiado tarde para rectificar.
Por no perder el favor de Roma he cometido una grave injusticia
y un error dando poder a quien no debía.
Imagino que con vuestra propuesta deseáis oponer mi templanza...
a los métodos de Torquemada.
Nadie mejor que vos para mantener la paz en Granada.
¿Y quién hará frente a Torquemada?
Vos cuando así fuere necesario.
¿Con vuestro apoyo?
Entonces, ¿aceptáis el nombramiento?
Acepto.
¡Ah!
Y alegraos doblemente,
la expedición del genovés pronto llevará nuestra fe a otros confines.
Si algún día me preguntan por mis negociaciones con los reyes
diré que pasé la mayor parte del tiempo aguardando.
-Todo lo que merece la pena requiere de paciencia y de fe.
Imaginaba que habría de ser yo quien se postrara ante vos.
Mis condiciones siguen siendo las mismas.
Las aceptamos.
¿Todas ellas? Los joyeros reales andan prestos
trabajando en vuestra corona de virrey.
¿Os estáis burlando de mí? ¿Qué garantías me dais?
-Firmaréis un compromiso con la corona.
¿Será esa suficiente garantía?
-Si se me permite...
Me gustaría saber qué ha hecho que vuestra opinión tome este rumbo.
Estáis seguro de vuestro éxito,
y eso os llevará a lograrlo.
Solo conozco a otras dos personas entregadas a causas imposibles
con vuestro mismo tesón,
y os aseguro que han sido recompensadas.
La corona otorga el título de almirante,
así como los cargos de virrey y gobernador,
con carácter hereditario, de todas las tierras descubiertas.
Además recibirá la décima parte de las riquezas que se obtuvieran,
tales como oro, plata, piedras preciosas y especies;
así como una octava parte de los beneficios del viaje.
¿Aceptáis?
Firmad entonces y que Dios guíe vuestras naves.
En todos hubo incredulidad,
solo vos disteis muestra de inteligencia, esfuerzo y coraje.
Cuando ninguna esperanza albergaba vos sostuvisteis mi empresa,
hasta que se pudo llevar a cabo.
Jamás hubiese permitido que Francia o Portugal la llevaran a cabo.
Alteza...
A vos y a mí, Dios nos ha llamado a cumplir una misión,
que promete gloria a cambio de sacrificio.
Por eso habéis entendido mi afán.
Os estaré eternamente agradecido.
Os deseo la mayor de las venturas en vuestro viaje.
Si Dios me acompaña, la próxima vez que me halle ante vos...
Vuestro reino se extenderá más allá de los mares.
Lo habéis logrado. Debéis sentiros orgullosa.
Envidio al genovés.
Desearía contemplar el océano, sabiendo que tras él
aguarda la gloria que engrandecerá nuestros reinos.
Si he de contemplar un océano,
elijo el de vuestros ojos;
los mismos que conquistaron mi corazón.
¿Recordáis la primera vez que nos vimos?
No existe un recuerdo más vivo en mi cabeza.
Allí empezó todo.
Nada de esto hubiera sido posible sin vos.
Años vendrán,
dentro de muchos siglos,
"en los que el océano soltará sus ligaduras,
y un gran continente saldrá de entre las olas.
Entonces, Tetis regirá nuevos mundos,
y Tule ya no será la última tierra".
(Gritos de mujer)
(GRITA)
________________________________
NOTIZIE STORICHE.
________________________________
PERSONAGGI.
________________________________
TERMINOLOGIA STORICA.
_________________________________
LUOGHI E ATLANTE STORICO.
_________________________________
VOCABOLI.
Bottom. Top.↑

Nessun commento: